La Galería BAT Alberto Cornejo inaugura una nueva exposición del pintor figurativo Alexander Grahovsky, cuyo estilo único y visión artística están marcando un impacto significativo en el panorama actual. Originario de Alicante, pero residente en Madrid desde 2007, Grahovsky se ha consolidado como una figura notable en el ámbito de las artes plásticas. Su trayectoria, aunque relativamente reciente, ha estado llena de reconocimientos y exposiciones tanto en España como en el extranjero.
Un estilo marcado por la intuición y el simbolismo
Grahovsky, quien comenzó su formación artística guiado por maestros como Luisa Pallarés, Nathaniel Evans y Eloy Morales, descubrió en la pintura un canal personal y expresivo que le permitió trascender su inicial interés por el cómic. En sus propias palabras, su aproximación a la pintura se caracteriza por dejarse llevar por la intuición, creando composiciones cargadas de elementos que invitan a la reflexión: “Es como si de un acto de fe se tratara; confío en que del caos emergerá algo que tenga sentido”.
Su obra, lejos de presentar narrativas cerradas, permite al espectador construir sus propias historias. En cuadros como Todos llevamos algún cadáver en el maletero, que le valió el primer premio en el prestigioso Certamen Nacional de Pintura Ciudad de Antequera, encontramos una propuesta que desafía al público con imágenes enigmáticas y referencias visuales que evocan la rica tradición de la Historia del Arte. Estas escenas, pobladas de figuras de apariencia surrealista, revelan influencias que van desde El Bosco hasta el arte medieval, con un enfoque que mezcla lo cotidiano con lo mágico.
Evolución y reconocimiento
Desde su primera exposición en 2012 en la galería Escalera de Incendios en Barcelona, Grahovsky ha participado en múltiples muestras tanto individuales como colectivas, destacando en espacios como Anaglifos Art Factory, Espacio Espronceda, y en ferias como JustMAD. Su obra también ha viajado internacionalmente, llegando a lugares como Melbourne. Además, ha sido finalista en prestigiosos certámenes como el Premio de Artes Plásticas de la Caja Rural de Jaén y el Premio López-Villaseñor en Ciudad Real.
Un lenguaje visual en transformación
El año 2022 marcó un punto de inflexión en su carrera, cuando comenzó a experimentar con técnicas y materiales más variados, como el óleo, los sprays y los pasteles al óleo, alejándose de la figuración clásica hacia una pintura más libre y expresiva. Este cambio se evidenció en su participación en JustMAD 2023, donde presentó una nueva línea de trabajo que fue ampliamente celebrada por crítica y público.
Grahovsky utiliza una técnica híbrida que combina zonas de gran detalle con otras de mayor abstracción, logrando que el espectador se pierda en un universo donde los límites entre realidad y ficción se desdibujan. En sus obras, elementos recurrentes, como un misterioso gato negro que aparece en distintas posiciones, generan preguntas y asociaciones inesperadas: “El tiempo queda suspendido y las relaciones entre los elementos emergen, permitiendo que cada uno encuentre su propia historia”.
Un artista en diálogo con el pasado y el presente
Inspirado por maestros como El Bosco y Klee, y por referentes visuales contemporáneos como el cine y los cómics, Grahovsky construye paisajes que parecen ensamblarse y desmontarse simultáneamente. Obras como El Jardín de las Delicias o los manuscritos iluminados medievales son claros ecos en su trabajo, mientras que la narrativa fragmentada y onírica de sus cuadros evoca una especie de teatro surrealista donde lo absurdo y lo espiritual coexisten.
La libertad como eje creativo
En esta etapa de su carrera, Grahovsky abraza la idea del «mal pintar» como herramienta para lograr una libertad estilística. Desde manchas iniciales hasta garabatos, pasando por trazos delicados y empastes audaces, su proceso creativo es un reflejo de su búsqueda constante por plasmar en el lienzo aquellos lugares que solo existen en su imaginación: “Todo vale con tal de llegar allí, al lugar que nunca existió”.
La exposición en la Galería BAT es una oportunidad única para sumergirse en el mundo de este artista, donde cada obra es una invitación a explorar la complejidad de nuestras relaciones sociales y las historias que llevamos dentro. Su capacidad para conjugar tradición e innovación lo convierte en una de las voces más prometedoras del arte contemporáneo.
Para conocer más sobre su trabajo y su proceso creativo, visita su página oficial: alexandergrahovsky.com.