El Museo Reina Sofía ha reabierto al público las terrazas del edificio Nouvel, uno de los espacios más singulares y reconocibles de su sede, tras una cuidadosa reordenación. Esta intervención no solo recupera un enclave icónico del complejo museístico, sino que redefine su uso al integrarlo como una nueva sala de exposición de la Colección Permanente. La propuesta incluye la instalación de tres piezas emblemáticas, tres obras escultóricas de Jesús Rafael Soto, Martín
Chirino y Edgar Negret, que pertenecen al destacado fondo de escultura geométrica de los años sesenta y setenta del siglo XX, ofreciendo al visitante una experiencia renovada y diferente de las habituales en espacios cerrados.
Más que una simple instalación escultórica al aire libre, esta reapertura convierte la terraza en un espacio de contemplación y diálogo con el arte. Las obras seleccionadas representan un tipo de escultura poco habitual en el recorrido expositivo tradicional del Museo, lo que contribuye a una lectura inédita de su colección. Con esta propuesta, el Reina Sofía busca ofrecer una perspectiva alternativa y complementaria a las narrativas canónicas del arte moderno.
Durante la segunda mitad del siglo XX, especialmente hacia finales de los años sesenta, el minimalismo revolucionó la escultura al introducir un lenguaje formal basado en figuras geométricas esenciales —cubos, cilindros, esferas y estructuras modulares—, marcando una ruptura con la tradición expresiva anterior. Sin embargo, su influencia no se limitó al aspecto visual: también transformó la relación entre el espectador y la obra de arte, promoviendo una actitud más activa, participativa y sensorial en la experiencia estética.
Las esculturas geométricas de esta época no solo supusieron una renovación formal, sino que se convirtieron en herramientas críticas para imaginar nuevas formas de habitar el espacio urbano. Lejos de los modelos arquitectónicos dominados por la cultura corporativa y sus imponentes rascacielos de fachadas acristaladas, estos artistas propusieron una visión utópica de la ciudad contemporánea, en la que la geometría servía como lenguaje para articular valores sociales y comunitarios.
En este sentido, la terraza del edificio Nouvel se transforma en una plataforma para reflexionar sobre los vínculos entre arte, arquitectura y sociedad. Las tres obras seleccionadas, pertenecientes a destacados creadores de España y América Latina, son representativas del giro estético y conceptual que tuvo lugar durante aquellas décadas, y cuya relevancia sigue vigente hoy.
Con esta reapertura, el Museo Reina Sofía no solo amplía su oferta expositiva, sino que también revaloriza un patrimonio artístico que invita a pensar el espacio desde una perspectiva crítica y participativa. La nueva sala al aire libre, abierta al cielo de Madrid, se convierte así en un escenario privilegiado para redescubrir la potencia transformadora del arte geométrico.